La Iglesia y los medios de comunicación
- Romina Acuña
- 21 ene 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 ene 2019
Tantos medios de comunicación disponibles requiere que hagamos un uso eficaz para llegar con el mensaje a más personas.

Redes sociales, internet y más...
El contenido que podemos encontrar en internet es más que variado, es enorme, a esto debemos sumarle que no todo lo que encontraremos es fehacientemente cierto. El acceso a internet por parte de todos los usuarios en el mundo, la convierte en una plataforma colaborativa masiva, por lo cual, al haber tanta cantidad de información, el llamar la atención es crucial para darse a conocer. El marketing ofrece diferentes estrategias de imagen, pero lamentablemente, las iglesias no hemos sabido aprovechar del todo estos recursos.
Algunos ejemplos de ello son los perfiles en las redes sociales que comienzan con mucho entusiasmo, pero dejan de actualizar su contenido al requerir dedicación y ver pocos resultados al corto plazo. Es muy fácil, económico y accesible el estar en las redes sociales, pero la constancia es crucial para crear un perfil estable y confiable. ¿Por qué mantener la constancia en las publicaciones? porque la confianza que puede generar la imagen de marca/ organización es determinante y porque en la era de internet la imagen y la reputación lo son todo.
Internet amplió en gran manera la posibilidad de comunicarnos sin gastar demasiado dinero y llegando a un público global, pero ¿hemos sabido administrar estos recursos para que sean efectivos?
La iglesia y el marketing
La imagen es el punto de partida. Su construcción y edificación de la reputación de la marca (que es el fruto de la interacción con el público) llevan tiempo, pero como todo lo que es cuidadosamente edificado, da frutos buenos y duraderos.
Por lo cual no debemos tomar a la ligera la construcción de una imagen de marca. Es la identidad de la misma y lo que marcará el contenido de su comunicación en todos sus aspectos, el resto es cuestión de creatividad.
Hasta hace poco era algo inusual nombrar a la iglesia y el marketing en la misma oración. Tradicionalmente, y con mucha razón, el marketing se relaciona con vender, y la iglesia no ha querido tener mucho que ver con eso, y es comprensible, pero debemos comprender que no estamos vendiendo experiencias, ni mucho menos el Evangelio, sino que lo estamos dando a conocer. Por lo cual, si no utilizamos los recursos que tenemos disponibles para optimizar su difusión, no estamos siendo buenos administradores de lo que nos ha sido dado.
Algo a considerar es que la instantaneidad de las publicaciones no es lo mismo que construir una imagen y reputación de marca, sino que es sólo una parte.
Cómo podemos difundir mejor
Lo primero que debemos determinar es nuestra identidad, porque en base a ella construiremos nuestra imagen, y por medio de la cual nos conocerán. Ya sean frases, imágenes, colores, tipografías, etc. todo comunica, el desafío es que comuniquen lo que queremos y sea entendido como tal.
No hay una fórmula a seguir, porque la idea es que todas las organizaciones sean únicas, eso hace que se distingan del resto y las hace especiales. Pero para empezar a definir la identidad de nuestra organización debemos preguntarnos:
¿Quiénes somos?
¿Qué hacemos?
¿Por qué lo hacemos?
¿A quiénes nos dirigmos?
¿Qué hacemos que sea importante para quienes nos dirigimos?
No respondamos a la ligera, contestemos a conciencia porque tenemos el mejor mensaje que el mundo pueda escuchar y vivir: el Evangelio, debemos ser capaces de comunicarlo de la manera que se merece.
Nos leemos en el próximo post!
Romina Acuña
Lic. En Comunicación
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